La comunicación es vital. El lenguaje que adoptamos, tanto en palabras como en imágenes, nos lleva a experimentar lo maravilloso de la vida en diferentes niveles. Es el contacto con el otro. Relacionamos ideas, circunstancias, programaciones, energías y opiniones y, al final, todo se integra en el mensaje.
Ese es el poder de la comunicación.
Podemos llegar a ser congruentes en cómo nos expresamos. Nuestro cuerpo y el alma pueden ser una luz interior que sirve para comunicarse con los demás. De seguro esta postura generará las acciones deseadas.
Estoy hablando de construir mensajes asertivos. Para esto, lo mejor es escuchar. Hay que escucharse uno mismo: lo que le hablas a las personas. Luego, lo que ellos te dicen también el sonido del universo, la música, la naturaleza.
Aquel que se conoce así mismo tiene consciencia del conocimiento y podrá expresar todo cuanto es y no es.
La consciencia colectiva es una fuerza de la sociedad que nos arrastran a realizar actividades. A optar por comportamientos que ni siquiera sabemos por qué los hacemos. La razón está en que otros lo hacen mejor, entonces me dejo llevar por la corriente… Mi idea es salir de esa consciencia colectiva.
Y aparece el liderazgo. Un proceso de influir, guiar y dirigir a los miembros de un grupo u organización, quienes siguen al líder de forma voluntaria en la búsqueda del éxito en la consecución de unos objetivos. Hay que llegar a un liderazgo con una fuerte visión y personalidad. Con metas y objetivos. Los líderes son capaces de cambiar expectativas y percepciones. De generar la motivación y liderar el cambio dentro de una organización.
Hay que reconocer las emociones. La física, la mental, emocional y espiritual. Son parte de nosotros y nos dan una oportunidad de avanzar en la vida. Tu evolución debe reconocer la identidad de tu ego para guiar una experiencia desde el camino de la belleza o desde el sufrimiento. La realidad se crea en cada momento de la vida.
En la conexión emocional se logra un estado de salud integral. Llegamos a experimentar emociones que nos ayudan a crear escenarios de vida plena, que se desconectan de la ansiedad de poseer y de tener el control. Llegar a conocerse así mismo.
Cuando nos asociamos para compartir intereses, afrontar retos y cubrir necesidades, lo hacemos bajo paraguas de distintos tipos y colores: empresas, organizaciones, entidades, instituciones… Ello aumenta la potencia de nuestras acciones, dando lugar a distintos tipos de servicio que, de un modo u otro, nos conciernen.
Hay que contagiarse del entorno, entender las metas y la intención de cada empresa para poder aterrizar y tomar decisiones.
Armar y proyectar lo que soy como empresa: la primera empresa es uno mismo
Qué es lo que quiero, cuál es el beneficio mío y para los demás.
Te apoyamos en la decisión empresarial de Reconocer, dejar ir, tomar decisión y movernos hacia otro estado donde la observación y la sabiduría nos guía para tomar decisiones
Tú decides.
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